10 de julio de 2015

Pensar el teatro desde la Ciencia Política

El artículo que sigue intenta reflexionar sobre las marcas que deja "Trópico del Plata", una obra de Rubén Sabadini, protagonizada por Laura Névole, los días sábados a las 22.30 hs. en La Carpintería, Jean Jaurés 858. Reflexionar sobre una obra semejante requiere el esfuerzo de separarnos del sentimiento que nos queda al abandonar la sala teatral.


Una idea puede ser sumergirnos en nuestra profesión que poco tiene que ver con el arte pero que ayuda a comprender lo imprevisible de la realidad.

Y Trópico del Plata es imprevisible. ¿Cómo imaginar un cuerpo desgarrado en la desolación del abandono social? Aimé está rodeada pero en realidad está sola. Vive de fiesta en fiesta pero no es feliz. Aimé representa aquello que todos nosotros/as no queremos ver. ¿Acaso alguien quiere saber qué pasa cuando ya no recuerda la libertad, su propia libertad? 

Quien lee algunas notas sobre la obra antes de ir a verla puede deducir de qué va a ir. Pero no puede desentrañar el propósito de la obra porque se transforma a medida que va ocurriendo la actuación. Esos 60 minutos que nos desvelan de un largo letargo en el que no quisiéramos despertar jamás. 

Una interpretación de la obra -dicen- puede ser vista como la relación de amor y odio entre una mujer y un varón. Otra interpretación -también dicen- es la ingenuidad de una mujer de creer en su relación de pareja y en que todo va a estar mejor. Hay otra interpretación -a la que suscribo- que explica la obra en referencia a una problemática social que cada tanto se trata en los medios de comunicación pero que, sobre todo, miles de mujeres se encuentran insertas y es acerca del sometimiento sexual. ¿Sólo sexual? No, podríamos decir del sometimiento humano. 

Las redes de trata de personas o simplemente las personas que -a título individual practican la trata de personas- se engloban en un problema mayor que es la violencia de género. Y ver esto en Trópico del Plata es inevitable y hasta un acto de honestidad de nuestra parte, ¿cómo negarlo acaso? 

Y en ese sentido, ¿qué nos queda al resto? Un buen camino puede ser pensar el rol del Estado y dentro de él todo lo que no ocurre para evitar lo evitable. Y si esto sucede es porque de una manera u otra hay complicidades entre políticos, fuerzas policiales, jueces, funcionarios que, simplemente, no toman decisiones. No tienen el valor, el coraje. No quieren. 

#NiUnaMenos del pasado 3 de junio intentó iluminar las zonas oscuras a las que miles de mujeres se encuentran sometidas: violencias. Violencias que pueden ir desde un golpe hasta la muerte, sin mediaciones. Entonces, la necesidad de que el Estado tome cuentas en el asunto se hace urgente; la prevención, la asistencia social a las víctimas, el tratamiento judicial a los victimarios. Como así también la necesidad de trabajar en otros aspectos que van en la misma línea: la legalización del aborto, para que todas las mujeres podamos decidir sobre nuestros cuerpos. Porque la MUJER decide, la SOCIEDAD respeta, la IGLESIA no interviene y el ESTADO garantiza. 

Trópico del Plata es para disfrutarla con pañuelos, sonrisas y mucho, pero mucho corazón. 

La imagen es tomada del sitio oficial de Alternativa Teatral donde pueden ver más info, reservar o comprar entradas. 

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